10 PASOS PARA CUIDAR TU CORAZON
1. Descubra qué tan cerca está de la diabetes
La
diabetes es uno de los principales factores de riesgo para desarrollar
enfermedades cardiovasculares. Los exámenes de sangre para conocer los
niveles de azúcar que registra el paciente en un momento determinado son
los más populares para diagnosticarla o para realizar el seguimiento a
pacientes diabéticos. También se realizan mediciones antes y después de
ingerir una alta carga de la glucosa en laboratorio. Sin embargo,
ninguna de las dos pruebas permite realizar un control por un período
más largo, como sí lo hace el examen de hemoglobina glicosilada Hgb 1ac.
El
doctor Enrique Morales, certificado con el Primer Lugar Nacional por el
Consejo Mexicano de Cardiología, señala que la Asociación Americana de
Diabetes desde 2010 sugiere realizarse esta prueba para conocer los
niveles de azúcar tanto en pacientes diabéticos como en quienes desean
conocer como está su riesgo de desarrollarla, independientemente de los
resultados que obtengan en la medición de glucosa en sangre en un
momento dado. ¿Por qué? Porque la glucosa tiene variaciones a lo largo
del día, desciende en ayunas y sube al ingerir alimentos, pero la prueba
de hemoglobina glicosilada registra el promedio de todos los valores de
glucosa que ha tenido un paciente durante los últimos tres meses. Es un
valor que realmente permite saber qué tan cerca o lejos se encuentra un
paciente de la diabetes.
2.Conozca su presión arterial real
Si
una persona tiene niveles de presión arterial superiores a los
normales, (sobre 120/80) en varias ocasiones se recomienda un monitoreo
ambulatorio de presión durante 24 horas seguidas con un pequeño
accesorio portátil similar al holter que se emplea para estudiar
arritmias cardíacas, señala el doctor Guillermo Fabregues, ganador del
premio Moledo al mejor trabajo de investigación clínica otorgado por el
Consejo Argentino de Hipertensión Arterial de la Sociedad Argentina de
Cardiología. Este registro permite evaluar el comportamiento de la
presión considerando los patrones de descenso normales durante la noche y
detectar cuáles son casos de hipertensión aislada de consulta o de bata
blanca, una condición que afecta a un 30 por ciento de los pacientes
que con sólo ver al médico sufren un aumento de presión temporal.
Cuando
la presión arterial aumenta también aumenta el riesgo de un evento
coronario o daño cerebral. “Al subir la presión con la que la sangre
circula, las placas de colesterol en las paredes interiores de las
arterias se van erosionando y se puede llegar a desprender un fragmento
de esta placa. Este desprendimiento se convierte en una peligrosísima
partícula que al ser arrastrada por el torrente sanguíneo puede llegar a
tapar un vaso sanguíneo, obstruyendo la irrigación de una porción de
tejido que simplemente muere. Si las arterias bloqueadas son las
coronarias ocurre un infarto cardiaco, si son las carótidas, un infarto
cerebral. De ahí la importancia de mantener la presión arterial bajo los
niveles de riesgo”, señala el doctor Jesús López, presidente de la
Sociedad Venezolana de Hipertensión.
Infartos y secuelas
Cuando
se les menciona a algunos pacientes que tienen un 10 por ciento de
probabilidades de sufrir un infarto en los próximos 10 años, algunos
responden “ya pues doctor, de algo me he de morir” cuando la realidad es
que sólo un 50 por ciento de las personas que tienen un infarto mueren,
la otra mitad queda con discapacidad o con serias deficiencias en su
calidad de vida, muchos convertidos en seres dependientes.
Fuente: Doctor Enrique Morales.
¿Hipertensión nerviosa?
Un
susto o un disgusto pueden causar una variación momentánea en la
presión arterial, es una respuesta normal a una situación de tensión
extrema. Pero no existe lo que algunos llaman hipertensión emotiva.
Cuando los niveles de presión se disparan considerablemente por estrés y
se mantienen altos es porque las arterias ya están enfermas. El
problema no es el estrés sino el daño arterial.
Fuente: Doctor Guillermo Fábregas.
3. Conozca sus niveles de colesterol
Un
colesterol total de menos de 200, un colesterol bueno o HDL sobre los
40 en hombres y sobre los 50 en mujeres y un colesterol malo o LDL bajo
el 130 son los valores que se han considerado dentro de los estándares
normales, pero ahora el concepto cambió. “El colesterol es un factor
importante pero no el único a considerar para determinar el riesgo
cardiovascular, hay que analizarlo junto a otros elementos. Existen
personas que tienen el colesterol sobre los niveles normales pero no
tienen riesgo. Por ejemplo: a una mujer relativamente joven, con el
colesterol un poco elevado, pero que no tiene antecedentes familiares de
enfermedades cardíacas, ni presión alta, que no fuma, ni es diabética,
se la puede controlar con chequeos periódicos, dieta, ejercicio y
probablemente no sea necesario medicarla. En cambio, hay otros pacientes
con el colesterol más bajo, pero que son diabéticos, fuman, tienen
historia familiar de enfermedades cardiacas que sí deben ser medicados”,
explica el cardiólogo Daniel Siniawsky, fundador de la Clínica de
Lípidos del Hospital Italiano en Buenos Aires.
Aclara
que es importante señalar que en las cifras de colesterol hay un límite
que por sí sólo es peligroso, quienes tienen un colesterol malo o LDL
sobre 190 o un colesterol total superior a 300 requieren tratamiento con
fármacos de inmediato porque estas cifras por sí solas, sin que existan
otros factores de riesgo, ya son peligrosas.
4. Estratifique su riesgo
Como
se mencionaba en el punto relacionado al colesterol, si bien es
importante conocer ciertos valores claves, hoy se sabe que la mejor
manera de descubrir el estado cardiovascular de una persona es analizar
estas cifras en conjunto y no aisladamente. Por eso, cada vez más
cardiólogos destacan la importancia de lo que se conoce como
“estratificar el riesgo” de sus pacientes y calcular las probabilidades
de desarrollar un infarto, una embolia cerebral y otras enfermedades
cardiovasculares en el futuro empleando cuestionarios con tablas
establecidas principalmente de acuerdo a la edad, sexo, niveles de
colesterol, presión arterial, si es diabético o no y si fuma o no. Al
conocer en qué nivel se encuentra un paciente, el médico plantea las
metas en cada área y la mejor estrategia para alcanzarlas.
“Existen
diferentes escalas para realizar esta medición. Una de las más usadas
es la derivada del Estudio Framingham, la versión más reciente se llama
Framingham 2008 que permite calcular el riesgo a 10 años de desarrollar
cualquiera de las enfermedades cardiovasculares mayores” explica el
doctor Enrique Morales, quien considera que todos los adultos deberían
realizarse esta estratificación, sólo así se pueden tomar medidas
preventivas efectivas que salvarían millones de vidas.
Terapias combinadas
La
farmacología ha avanzado significativamente para beneficio de los
pacientes. Por ejemplo, hoy existen terapias combinadas que actúan de
manera sinérgica y complementaria. Es decir, se puede utilizar la mitad
de las dosis de dos tipos de medicación, consiguiendo que los efectos
colaterales disminuyan y que la potencia o eficacia de su acción
terapéutica sea mayor.
Fuente: Doctor Jesús López.
El factor genético
Es
importante conocer e informarle a su médico si su padre sufrió
enfermedad cardíaca antes de los 55 años o su madre antes de los 65. La
historia familiar es muy importante. Se estima que el 50 por ciento de
los infartos en gente joven se producen en pacientes con antecedentes
familiares.
Fuente: Doctor Daniel Saniawsky.
5 Controle su consumo de SAL
Las
personas con presión arterial normal no deben consumir más de seis
gramos de sal al día, mientras las personas diagnosticadas como
hipertensas (con presión arterial elevada) no más de tres. Esta es una
de las estrategias de salud pública más económicas y efectivas que
existen, según el doctor Jesús López, por la relación directa que tiene
su consumo excesivo con la presión alta. “El riñón humano está hecho
para excretar la sal que ingerimos, pero un 70 por ciento de los
hipertensos son sodio sensibles, es decir, no pueden eliminar la sal que
consumen normalmente, para hacerlo requieren aumentar su presión
arterial”, apunta el doctor Jesús López y agrega que llega un momento en
que aún teniendo la presión muy alta no se llega a excretar la sal y el
paciente se edematiza (se hincha). “Lo mismo ocurre con los vasos
sanguíneos, que con el exceso de sal sufren una vasoconstricción
directa. Para graficárselo a los pacientes les pido que vean lo que
ocurre si vierten media taza de agua sobre media taza de sal, pueden
observar cómo la sal chupa el agua, la retiene, lo mismo ocurre en el
organismo”.
6 Si le prescriben medicación, Tómela
Muchos
pacientes se desaniman cuando el médico les dice que tienen que tomar
medicación de por vida. El doctor Guillermo Fabregues señala que casi el
80 por ciento de hipertensos deja de tomar el medicamento recetado
antes del año, cuando es a partir del año de consumo de
antihipertensivos cuando la curva de descenso de infartos y eventos
cardiovasculares empieza a separarse de quienes no toman fármacos.
Agrega
que hay quienes culpan al costo por el abandono de su tratamiento.
Menciona el caso de una paciente que llegó a la consulta con una presión
de 180/120, ante el asombro del médico confesó que había dejado de
tomar su medicación porque le salía muy cara, (20 dólares al mes). Al
preguntarle cuánto había pagado en su última visita a la peluquería, la
respuesta fue ¡60 dólares! Sobran los comentarios. “Los pacientes deben
reflexionar que no están invirtiendo en una pastilla sino en evitar un
infarto, un derrame cerebral o la muerte”.
La
necesidad de seguir el tratamiento recomendado por el médico no sólo se
aplica a los casos de hipertensión, sino también a tomar
disciplinadamente los medicamentos prescritos para control del
colesterol y de la glucosa, esa es la manera más efectiva que tiene un
paciente para alejar el riesgo de infartos, derrames y la muerte.
Casados en ventaja
Las
estadísticas muestran que los hombres que mejor sobreviven a un evento
cardiovascular son los casados, luego los solteros, los viudos y al
final los divorciados. Los casados se mantienen mejor porque tienen el
apoyo y la motivación de sus esposas para controlar su condición
siguiendo el tratamiento indicado por el médico.
Fuente: Doctor Jesús López.
La ley de las mitades
La
mitad de los hipertensos desconoce que lo es. La mitad de los que saben
que son hipertensos no sigue ningún tratamiento. Y la mitad de los que
están en tratamiento está inadecuadamente controlada, es decir, no
alcanzan la meta de presión arterial óptima. Si se considera que la
hipertensión es el mayor factor de riesgo de mortalidad en el mundo, se
puede concluir que hay demasiadas personas en riesgo.
Fuente: Doctor Jesús López.
7 NO FUME
El
cigarrillo contiene nicotina y además decenas de otros elementos que
pueden resultar tóxicos para diversos sistemas del organismo. Fumar
puede tener un efecto nocivo no sólo al aparato respiratorio, sino que
también puede traer graves consecuencias a la salud cardiovascular del
fumador y de quienes están continuamente expuestos al humo del tabaco,
aunque no fumen.
Hay dos razones que explican
el daño que causa el humo al sistema cardiovascular: “En primer lugar
puede detener la producción del ácido nítrico que es una sustancia
vasodilatadora natural que se encarga de mantener la salud de los vasos
sanguíneos beneficiando la circulación normal de sangre por el organismo
y, en segundo lugar, puede lesionar el endotelio, que es la membrana
que recubre los vasos sanguíneos interiormente”, advierte el doctor
Jesús López.
8 Siga una dieta sana y Ejercítese
Una
dieta sana debería estar compuesta por lo menos de un 70 por ciento de
los siguientes alimentos: frutas, verduras, cereales, leguminosas y
carnes blancas en moderación, sugiere el doctor Enrique Morales y
recomienda practicar por lo menos 30 minutos de ejercicio físico
aeróbico al día, durante cinco días a la semana. “Aunque ahora sabemos
que para que la actividad física sea realmente un protector
cardiovascular deberían ser dos horas al día”.
El
doctor Guillermo Rodríguez, especialista en nutrición, quien dirige la
Fundación Universitaria Iberoamericana en Centroamérica señala que la
clave está en el balance entre las calorías que se ingieren y las que se
queman. Además advierte sobre el crecimiento de la obesidad y el
aumento en los casos de diabetes, no sólo en adultos sino también en
niños: “Resulta alarmante que ya no sólo encontramos un aumento del
sobrepeso sino también niños con colesterol elevado. El principal factor
que nos ha llevado a esto es la mala alimentación: tanto en calidad
como en cantidad”, menciona el exceso de azúcar en las bebidas, de
grasas trans y otros avances de la tecnología alimentaria que ha creado
productos definitivamente deliciosos pero que el cuerpo no sabe cómo
metabolizar adecuadamente y van acumulándose.
Sabores seductores
Los
alimentos dulces tienen muchas calorías y promueven el sobrepeso (con
todas las complicaciones en la salud que implica), pero es difícil
resistirse a comerlos. Hay un componente sensorial y bioquímico en el
azúcar y en cierto tipo de alimentos como el chocolate que provocan una
liberación de endorfinas y serotonina que causa una sensación placentera
al consumirlos.
Fuente: doctor Guillermo Rodríguez.
Educar nutricionalmente
Es
importante educar al niño nutricionalmente desde sus primeros años,
mostrarle diferentes sabores con una inclusión secuencial durante toda
la infancia. Más que obligarlo hay que explicarle porqué debe comer
ciertos alimentos. Con creatividad en la presentación y combinación de
alimentos se puede fomentar el consumo de una dieta sana y balanceada
que evitará la obesidad.
Fuente: Doctor Guillermo Rodríguez.
9 Duerma lo suficiente
Pocas
personas saben que existen pruebas científicas de que la falta de sueño
repercute directamente en la salud del corazón. El doctor Pablo
Castillo, del Centro de Desórdenes del Sueño de la Clínica Mayo de
Jacksonville, señala que una de las investigaciones más concluyentes
sobre esta relación fue conducida por la Universidad de Chicago y
publicada por la revista Jama, (Journal of the American Medical
Association). El objetivo del estudio fue determinar si la cantidad de
sueño estaba asociada con la presencia de calcificaciones en las
arterias coronarias, que son las que nutren de sangre al corazón.
Después
de cinco años de seguimiento al grupo de estudio, los resultados
establecieron que mientras más corta es la duración del sueño más
calcificaciones coronarias se encontraron en las mediciones realizadas
con tomografía computarizada de pecho. Estas calcificaciones en las
arterias coronarias son un predictor subclínico de enfermedad coronaria.
10 Alerta con sus ronquidos
Aunque
usted se acueste temprano y duerma ocho horas, si ronca puede que su
sistema cardiovascular esté siendo afectado. El doctor Pablo Castillo
explica que una condición llamada apnea del sueño está asociada con
aumento de presión arterial, enfermedad coronaria, arritmias cardiacas y
mortalidad. La principal característica de esta enfermedad son los
ronquidos, hay que destacar que no todo roncador tiene apnea, pero toda
persona con apnea ronca. “Si el ronquido es tan fuerte que pese a estar
con la puerta cerrada, se escucha en el otro extremo de la casa, si es
entrecortado con pausas respiratorias, si se presenta con jadeos,
sobresaltos y movimientos corporales es probable que esa persona tenga
la vía aérea obstruida y padezca de apnea del dormir”, señala el doctor
Castillo.
El ronquido de la apnea se produce
por el esfuerzo que hace la persona al respirar para que el aire pase
por la orofaringe que se ha estrechado. La consecuencia de esta
obstrucción es que al disminuir el flujo de aire que entra en los
pulmones, decaiga el nivel el oxígeno en la sangre, lo cual repercute en
el organismo causando taquicardia, presión alta durante el sueño e
inclusive empeoramiento de la diabetes. “La apnea del sueño produce
anormalidades en la función del endotelio que en condiciones normales
permite dilatarse y contraerse a los vasos sanguíneos. Por otra parte,
la apnea produce inflamación, un estado que promueve trombosis o
formación de coágulos, por esta razón puede precipitar eventos cardíacos
y cerebrovasculares e inclusive la muerte cuando es severa”, advierte.
Ante la presencia de síntomas de apnea es vital buscar un especialista
que pueda realizar un diagnóstico y, de ser positivo, señalar el
tratamiento correspondiente.
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